Una tragedia natural golpeó el sudeste asiático este 29 de marzo, cuando un fuerte terremoto sacudió la región fronteriza entre Myanmar y Tailandia. El sismo, de magnitud aún por confirmar oficialmente, dejó un saldo preliminar de más de 150 muertos y cientos de heridos, además de importantes daños materiales.
Un movimiento inesperado y mortal
El terremoto se produjo durante las primeras horas del día, sorprendiendo a miles de personas mientras dormían. Las zonas más afectadas fueron regiones rurales y poblaciones cercanas a la frontera, donde muchas construcciones no estaban preparadas para resistir este tipo de eventos.
Imágenes de destrucción
Las redes sociales y medios locales comenzaron rápidamente a difundir imágenes de edificios colapsados, caminos destruidos y hospitales desbordados. En ciudades como Chiang Rai (Tailandia) y Lashio (Myanmar), la situación es crítica y se teme que el número de víctimas aumente con el paso de las horas.
Operaciones de rescate contrarreloj
Equipos de rescate locales, voluntarios y organismos internacionales ya están desplegados en las zonas afectadas. Sin embargo, el acceso es difícil debido a los daños en carreteras y puentes. Helicópteros y drones están siendo utilizados para evaluar la magnitud del desastre y ubicar posibles sobrevivientes.
Llamado urgente a la comunidad internacional
Tanto Myanmar como Tailandia han solicitado ayuda humanitaria urgente. Organismos como la Cruz Roja y Naciones Unidas ya comenzaron a movilizar recursos, pero se necesitan alimentos, agua potable, medicinas y personal especializado.