Una doble celebración
Este 21 de septiembre no es un día cualquiera en Paraguay. Marca la llegada de la primavera, pero también el Día de la Juventud, una fecha que combina el entusiasmo de los jóvenes con el renacer de la naturaleza.
En colegios, universidades y plazas, la jornada se vive con música, colores y actividades culturales que recuerdan que la juventud es la chispa que mantiene al país en movimiento.
Primavera: el símbolo del renacer
El cambio de estación trae consigo un aire distinto: días más largos, flores en cada esquina y ese ambiente de optimismo que tanto se necesita. La primavera siempre fue asociada con nuevos comienzos, y en Paraguay, la coincidencia con el Día de la Juventud la hace aún más especial.
Juventud que celebra y reclama
Más allá de las fiestas y los festivales, la fecha también invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan los jóvenes paraguayos: acceso a la educación, oportunidades laborales y participación activa en la sociedad.
Porque si bien la primavera se recibe con sonrisas y flores, los estudiantes y organizaciones juveniles también aprovechan para alzar la voz por un futuro con más igualdad y justicia social.
Un país vestido de fiesta
Desde Asunción hasta las ciudades del interior, se organizan actividades: conciertos, ferias, desfiles estudiantiles y encuentros al aire libre. La juventud toma las calles y convierte al país en un gran escenario donde lo que manda es la alegría.
Más que un día en el calendario
El Día de la Juventud + primavera no es solo una efeméride, sino un recordatorio de que la vitalidad de los jóvenes y el renacer de la naturaleza van de la mano. Y como dicen muchos: “la primavera es la estación del amor, y la juventud, su mejor canción”.

