En una decisión que sacudió el escenario internacional, el gobierno argentino anunció su salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alegando profundas discrepancias con la gestión de la pandemia de COVID-19 y cuestionamientos a la independencia del organismo. La noticia fue confirmada este 29 de marzo y ha generado reacciones divididas tanto dentro como fuera del país.
¿Por qué se va Argentina?
Desde el gobierno aseguran que la OMS “ha fallado en su rol de guía sanitaria global” y que “sus recomendaciones no siempre respondieron a criterios científicos objetivos, sino a intereses políticos y económicos”. También se señala que la gestión de la pandemia fue errática, con mensajes contradictorios y medidas tardías que perjudicaron a muchos países, entre ellos Argentina.
Reacciones internacionales
La decisión fue recibida con asombro en la comunidad internacional. Mientras algunos sectores libertarios aplauden la “valentía” del gobierno argentino por plantarse ante organismos globales, la mayoría de los países miembros y expertos en salud pública consideran la salida como un paso riesgoso e innecesario.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras y la Cruz Roja han manifestado su preocupación por el posible aislamiento de Argentina en futuras emergencias sanitarias globales.
¿Qué implica esta ruptura?
Salir de la OMS significa perder acceso directo a cooperación internacional, programas de asistencia, datos epidemiológicos exclusivos y coordinación frente a brotes globales. Además, podría complicar el acceso a ciertas vacunas, tecnologías médicas y fondos de ayuda internacional.
¿Un cambio simbólico o estructural?
Algunos analistas creen que se trata más de una jugada política interna, destinada a reafirmar el discurso soberanista del actual gobierno argentino, que de una decisión estratégica real. Aún está por verse si esta ruptura se sostendrá en el tiempo o si se buscará una nueva forma de colaboración multilateral.