La guerra en Ucrania continúa dejando secuelas diarias. Este 29 de marzo, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski instó nuevamente a los países occidentales a responder con más contundencia frente a los ataques incesantes de Rusia. En las últimas horas, varias ciudades ucranianas fueron blanco de nuevos bombardeos con drones, que causaron daños materiales, heridos y víctimas mortales.
Ataques con drones: el arma invisible de la guerra moderna
Rusia ha intensificado su uso de drones en el conflicto, apuntando a infraestructura energética, civil y militar. Estos dispositivos no tripulados, difíciles de detectar y detener, se han convertido en una amenaza constante para Ucrania. “Estamos bajo fuego cada noche”, afirmó Zelenski, agregando que la ayuda militar no puede seguir retrasándose.
Zelenski a Occidente: “¿Cuánto más vamos a esperar?”
En un mensaje grabado y difundido por sus canales oficiales, Zelenski reclamó que los aliados de la OTAN deben ir más allá de las palabras. “Necesitamos sistemas de defensa aérea, necesitamos sanciones más duras y decisiones políticas firmes. No es solo Ucrania la que está en juego, es la estabilidad de Europa”, declaró.
¿Qué está haciendo Occidente?
Hasta el momento, la OTAN y la Unión Europea han incrementado la ayuda financiera y armamentística, pero muchas de las decisiones claves se han visto ralentizadas por divisiones internas. Algunos países temen una escalada con Moscú, mientras otros exigen una respuesta proporcional al nivel de destrucción que Rusia sigue causando.
El peligro de la indiferencia
Expertos en geopolítica advierten que prolongar la guerra sin intervenir con firmeza puede tener efectos desastrosos a nivel global: crisis energética, migraciones masivas y debilitamiento de la seguridad europea. Ucrania resiste, pero la presión aumenta.