Si alguien pensó que el Senado paraguayo era un espacio solemne de debate… bueno, claramente nunca encendió la tele en la semana. La protagonista de este episodio es nada más y nada menos que la senadora colorada cartista Norma “Yamy Nal” Aquino, quien decidió pasar del drama político al género de terror: una “casería de brujas” (sic).
Sí, así como lo lee: en vez de enfrentar las acusaciones que surgen de un supuesto audio donde se habla de votos a la venta y reparto de donaciones internacionales, la legisladora prefirió sacar su escoba y amenazar con barrer a todos los demás.
Audios, donaciones y la repartija de siempre
El audio que circula en redes la muestra, junto al senador Javier “Chaqueñito” Vera, hablando de lo que parece ser el deporte favorito de algunos políticos: repartirse la torta sin invitar al pueblo.
Entre los nombres que aparecen en la supuesta conversación están pesos pesados del cartismo como Basilio Núñez, Juan Carlos “Nano” Galaverna, Silvio Ovelar y Lizarella Valiente. Todos, por supuesto, ofendidos y exigiendo desmentidas como si la palabra “corrupción” no les quedara ya tatuada en la frente.
“La prensa quiere sangre”… y el pueblo también
En su descargo en redes sociales, “Yamy Nal” no habló de transparencia, ni de aclarar dudas, ni de rendir cuentas. No, no, no. Prefirió atacar a la prensa, acusándola de querer ver sangre, mientras enumeraba una lista de pecados ajenos que, básicamente, confirmó lo que ya todos sospechamos: si abrís la caja del Congreso, no sabés si salen leyes o cucarachas.
Lo mejor: la senadora denunció “fatos millonarios” (sic) y hasta se quejó de los que hicieron negocios turbios con plata de la pandemia. ¿Será que hablaba en tercera persona? 🤔
Todos contra todos: el reality del Senado
Como buen reality show, la trama no podía cerrarse sin un clásico: “que caigan todos o que no caiga nadie”. Y así lo dijo ella, reclamando que, si la van a perseguir, que también pidan la pérdida de investidura de todos los que se enriquecieron a costillas del Estado.
Es decir, que si aplicamos su lógica… mañana mismo deberíamos alquilar un colectivo de larga distancia para llevar a medio Congreso directo a la Fiscalía.
El telón nunca baja
En conclusión, lo de siempre: acusaciones, audios, amenazas, y cero autocrítica. El Senado sigue funcionando como un teatro caro donde la entrada la pagamos todos, y la función nunca termina.
Mientras tanto, “Yamy Nal” nos deja una frase digna de portada: “Que cada uno se defienda como pueda”. Una especie de resumen perfecto del manual del político paraguayo: sálvese quien robe.

